Una vez más, el alumnado de nuestro instituto es reconocido con un premio de redacción. En este caso se trata de Marina Fenández García, alumna de 2º de ESO C, cuyo trabajo ha sido seleccionado entre los seis mejores de la provincia en el concurso de relato corto de COCA COLA
El concurso consistía en la realización de un relato corto,
en el que obligatoriamente tenían que aparecer los datos que había en la tarjeta
que les dieron: nombre de una persona – Positividad Raudales; su profesión – artista,
y su correo electrónico – “positividadr@imaginando.com”.
El tema era libre, y este personaje no tenía porqué ser el protagonista,
también podía aparecer al final de la obra como alguien que aparece repentinamente,
mientras que el protagonista era otra persona.
Los 6 participantes que
han sido seleccionados de la provincia de Jaén, asistirán a una gala de
entrega de premios en Granada el día 4 de junio, acompañados de 4 personas que
ellos mismos podrán elegir. Estos serán premiados con un lote de productos
Coca-Cola. El mejor de los 6 seleccionados, asistirá a Madrid para competir en
la siguiente fase del concurso.
RELATO SELECCIONADO:
4 PAREDES QUE CAMBIAN VIDAS
Y aquí estoy yo.
Rendido de tanto luchar. Todo podía conmigo, y ya nada podía animarme. Mi
compañero de habitación no paraba de mirarme y sonreírme. Él también estaba
mal, incluso peor que yo, pero su punto de vista de la vida era totalmente
distinto al que yo tenía. Era ahora cuando me daba cuenta de que me había
pasado toda mi vida pensando en mí; yo era la primera persona que aparecía en
mi mente cuando pensaba algo, y la última. He sido muy egocéntrico y
avaricioso, todo lo que hacía lo hacía sólo yo, y los resultados los obtenía sólo
yo. Toda mi fortuna era empleada para mis caprichos, para mis deseos, y nada ni
nadie podía sacarme de ello.
Pero esta enfermedad
me ha cambiado la vida por completo. Me ha ayudado a reflexionar sobre mi
pasado, sobre mi vida, y de darme cuenta de cómo las personas como yo pasamos
de tenerlo todo a no tener nada. Estoy soltero, sin hijos, y mi familia perdió
el contacto conmigo hace mucho tiempo. Supongo que estarán en Jaén, mi tierra
natal, y quizás todavía se acuerden de mí. Desde aquel 23 de junio de 1972 no
he vuelto a saber nada de ellos. Yo sólo era un joven de 20 años que quería
hacer realidad su mayor sueño, y así fue.
Mis fans me adoraban;
cuando había una actuación en la que yo apareciese, las entradas estaban
vendidas en cuestión de 48 horas. Todos morían por verme, por conocerme en
persona. Llenaban ese “positividadr@imaginando.com” de correos con
dedicatorias, en las que me decían que serían capaces de vender todo lo que
tenían por estar tan sólo un minuto conmigo. Pero ya ni ellos acampaban en la
puerta de este triste edificio, ni lo hicieron cuando me incorporé.
Tampoco se oía nada de
mí en la televisión, en la radio o en internet, todos se habían olvidado de mí.
Según los médicos, no saldré de esta, llevo aquí 22 meses y 3 semanas, y mi
hora podría llegar en cuestión de minutos.
Yo no quería que eso
pasase, no quería ver llegar mi hora. Yo era el gran Positividad Raudales, el
famoso artista que debutaba en los teatros allá donde pisaba, y el que repartía
positividad (antes de que la fama le derrumbase) a cualquier persona que se
cruzase por la calle, siempre con una gran sonrisa. Sonrisa que hoy, 12 de
abril de 2013, ha desaparecido.
Y aquí termino con
este pedazo de mi vida, porque si algo he aprendido durante este tiempo, es que
quizás no hay un mañana.
Marina Fernández García - 2ºC
Enhorabuena marinuchi me ha encantado tu relato,eres una fenómeno a ver si ya mismo te haces guionista de una peli taquillera.un besazo guapa
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